31.3.08

Nicaragua y el dilema del desarrollo


Nicaragua: El megaproyecto del “Canal Seco” amenaza de nuevo.

El proyecto, retomado por la Empresa Portuaria Nacional, supondría un desastre ecológico en una zona declarada Reserva Natural y territorio ancestral de pueblos indígenas y afrodescendientes.

Por SERGIO DE CASTRO SÁNCHEZ

"Monkey Point es una pequeña comunidad kriol de algo más de 300 habitantes situada a 47 km. al sur de Bluefields, capital de la nicaragüense Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS). Una distancia que no es recorrida por ningún trasporte público y que sólo es posible salvar vía marítima. Su falta completa de servicios médicos y sus carencias educativas son sólo dos de las consecuencias de la falta de preocupación gubernamental por cubrir las necesidades más elementales de Monkey Point. Sin embargo, desde hace diez años, este olvido institucional, ha venido acompañado del interés por parte de los diferentes gobiernos nicaragüenses por dar un nuevo impulso a un histórico megaproyecto, el cual pondría en serio peligro no sólo las playas y selvas de Monkey Point y a buena parte del Territorio Rama y Kriol, sino también los modos tradicionales de vida de los pueblos que habitan la zona desde hace siglos.

Alrededor de lo que ha venido a llamarse el Canal Seco, confluyen varios proyectos que tienen a Monkey Point como eje fundamental: un puerto de aguas profundas, el propio Canal Seco (un ferrocarril de enormes dimensiones que llegaría hasta la costa del Pacífico partiendo Nicaragua en dos), un oleoducto y una carretera que uniría Monkey con Nueva Guinea, desde donde conectaría con otra ya existente hasta Managua.

Así, la histórica falta de infraestructuras que unan ambas costas nicaragüenses llegaría en parte a su final, pero con unas consecuencias ecológicas y socio-culturales prácticamente catastróficas. Un proyecto que está tomando, bajo el gobierno sandinista, un nuevo impulso a través de la nueva propuesta anunciada recientemente por la Empresa Portuaria Nacional (EPN) y que, como ya es tradición, deja de lado a los que la propia ley nicaragüense considera dueños de las tierras afectadas: el pueblo indígena rama y la comunidad étnica afrodescendiente de los krioles."


Nicaragua es uno de los países mas pobres de Centroamérica y un país que mira hacia el desarrollo económico y de infraestructuras como una salida del subdesarrollo en el que se encuentra. Atraer inversión extranjera, crear una industria del turismo, formar un tejido industrial, explotar sus recursos naturales, modernizar el país... pero ¿a qué precio?

"Los 350 millones de dólares que costaría sólo el puerto de aguas profundas a construir en Monkey Point, serían cubiertos por inversionistas de diferentes países entre los que suenan con fuerza Irán (Las estrechas relaciones que ha establecido el Gobierno nicaragüense con Irán desde la llegada de Ortega a la presidencia están poniendo nervioso a más de uno. Quizás en ese contexto deba interpretarse la visita que Monkey Point recibió a finales de febrero de la organización ultraconservadora religiosa estadounidense “Rivers of the World”. Su líder, Ben Mathes, un “evangelizador” que viaja por todo el mundo, llegó “informando” a los comunitarios de que “todos los musulmanes son terroristas” y de que entre sus objetivos está el de invadir el planeta, dentro de cuyo plan se incluyen las inversiones a hacer en Nicaragua, como por ejemplo las destinadas al Canal Seco. Además de proponerles que un nutrido grupo de representantes de su organización permanecieran una temporada en la comunidad, y de ofrecer construirles una iglesia así como otros regalos, les entregaban una serie de cómics de orientación fundamentalista cristiana escritos por el famoso Jack Chick), Venezuela o Dubai, pero a los que se podrían sumar también otros llegados de Brasil, Argentina, México o España (a través de la empresa Isolux)."

El proyecto de Canal Seco muestra un dilema duro de roer. Por un lado el gobierno de Managua dispuesto a avanzar en un mega proyecto que necesita la financiación internacional, ya que se trata de crear carreteras, vías de tren, un oleoducto y un superpuerto de aguas profundas. La Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS) es una región sin apenas infraestructuras de ningún tipo y que posee un estatus muy especial dentro del país, ya que la constitución reconoce a los pueblos indígenas Rama y Krioles el derecho y propiedad de las tierras y su uso y disfrute.

"Comenzando por el derecho internacional y continuando tanto con la Constitución Política del Estado de Nicaragua de 1987, como con el Estatuto de Autonomía (Ley 28) de ese mismo año, los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Atlántica encuentran en el derecho positivo amplio sustento a sus reivindicaciones territoriales."

Desgraciadamente todo esto queda en papel mojado por la continua deforestación maderera y ganadera que esta terminando con la forma de vida de los pueblos indígenas, sin que estos, a pesar de estar protegidos por derechos, puedan evitarlo. Además desde Managua se dificulta y trastabilla la ejecución de estos derechos por parte de la población autóctona con diversas tretas y con una desidia impune desde las instituciones gubernativas.

“Casi a diario sale madera de la comunidad, algo completamente prohibido por la ley”, nos explica Juan Andrés Gómez, Presidente del Gobierno Comunal de Tiktik Kaanu. “Y cuando no se trata de tráfico ilegal de madera -nos explica- se trata de ‘despales’ (talas de árboles) y quemas del terreno con el fin de sembrar pasto para el ganado”. A pesar de que la brigada cuenta con uniformes del MARENA y de que se les explica pacientemente a los responsables de esas actuaciones la ilegalidad y las consecuencias medioambientales de sus actividades, la mayoría de los mestizos responden que seguirán con ellas."

La totalidad del Territorio Rama y Kriol se encuentra en zonas declaradas Reservas Naturales o de la Biosfera. Las dos de mayor extensión son la Reserva Natural Cerro Silva, al norte y en la que se encuentra Monkey Point y que atravesaría el Canal Seco, y la Reserva Biológica Indio-Maíz, al sur.

"Mientras Alen Clair nos explica las bondades de la vida en Monkey Point, alejada del trasiego de las grandes ciudades, libre de contaminación y cultivando y pescando todo lo que necesitan para comer, el proyecto es vendido como una oportunidad para que Nicaragua abandone el “subdesarrollo”, sumándose a la lista de países que controlan el comercio mundial. Para Maria Lourdes Aguilar, “otros países se han desarrollado porque hay infraestructuras, hay caminos de penetración, hay carreteras por donde los productos o lo turistas aumentan una movilización económica que no puede paralizarse por un grupo de personas que no tienen interés en que la Costa Atlántica se desarrolle”. Y añade: “Si nos vamos a las estadísticas vemos que estamos en uno de los países más pobres del mundo, estamos en el tercer mundo, ¿no? (...) En estos momentos se ha retomado el proyecto porque es la alternativa para que nosotros podamos atraer el desarrollo tanto en la región como en Nicaragua y salir de la pobreza”."

El gobierno de Managua tiene claras sus prioridades y parece que no le importa mucho el derecho ni los pobladores de esta región. Lo cierto es que , históricamente nunca le ha importado, y ahora no serán un impedimento en el plan de desarrollo.

"Pero el Gobierno y el MARENA no hacen nada al respecto a pesar de las constantes denuncias por parte de la comunidad. Una política que, a nivel de toda la Reserva Natural Cerro Silva, no sólo se muestra pasiva respecto a los atropellos medioambientales sino que la fomenta. Así, la nueva carretera entre Bluefields y Nueva Guinea, que costará 600 millones de dólares financiados por el Banco Mundial, no hará más que atraer nuevos colonos a la zona."

Finalmente el gobierno hará lo que sea necesario por "el bien del país", es decir, el bolsillo de unos pocos, como siempre, en detrimento de unos "miserables indígenas" que no pueden hacer nada más que ver lo que les viene encima.

“Los líderes les hemos llevado a la comunidad el mensaje de que no importa lo que hagamos, el canal viene. Lo que tenemos que hacer es buscar una manera para que salgamos beneficiados. El Gobierno lo quiere y como somos minoría étnica no tenemos posibilidades de decirles no, porque si pudiéramos hacerlo, todos estaríamos diciendo lo mismo. Pero no es que la gente en verdad, de corazón quiera ese proyecto; lo dicen en las asambleas”.


Qué dilema. Qué difícil la situación en Nicaragua.

O te cargas tu patrimonio natural y la forma de vivir de los habitantes de la RAAS, o no saldrás nunca del agujero.

Sin embargo yo digo; ¿Quién garantiza que estos proyectos traerán prosperidad y riqueza a los habitantes de RAAS y a Nicaragua en su conjunto?

¿Veremos de nuevo otro escándalo de comisiones, amiguismo y compadreo?

Por cierto,¿Dónde esta Arnaldo Alemán?

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