21.12.08

Lockerbie, otra masacre sin respuesta





El 21 de diciembre de 1988 un vuelo regular (Vuelo 103), de la compañía aérea estadounidense Pan Am explotó en el aire cayendo sus restos sobre la ciudad escocesa de Lockerbie. Murieron las 259 personas que viajaban a bordo y 11 personas más en tierra. El desastre ocurrió en un avión Boeing 747-121.
Dos ciudadanos libios fueron acusados por el atentado, pero al no tener buenas relaciones con el Reino Unido desde que en 1986 aviones estadounidenses y británicos bombardearan Trípoli, Libia se negó a entregar a los sospechosos, por lo que la ONU estableció sanciones contra el país a partir de 1992.
Sin embargo, no es esa la única versión. Testimonio de Marion Irving, hermana de uno de los fallecidos en el avión:
“Desde los primeros días de diciembre de 1988 –escribe–, hemos sentido que nos han ocultado algo... la llamada de advertencia de (la embajada de Estados Unidos en) Helsinki a la que no se le hizo caso, la presencia de la CIA en suelo escocés antes de que propiamente empezara el trabajo de identificar cadáveres, la conducta de Teflón de ministros y del gobierno: todo contribuyó a una profunda sensación de inquietud.

“Esta sensación llegó a un punto culminante cuando un miembro de la Comisión Presidencial Estadunidense sobre Terrorismo y Seguridad de la Aviación le dijo a mi padre que nuestro gobierno sabía lo que ocurrió, pero que la verdad no se sabría. En ausencia de la verdad, el peor escenario –que se sacrificaron vidas en expiación por las vidas iraníes perdidas en junio de 1988– cobra cierto grado de credibilidad. El avión fue derribado en los peligrosos momentos finales de la presidencia de Ronald Reagan.”

También he encontrado este documento:




Más info en False Flag Operations





Los intentos de culpabilizar a dos libios por la bomba del vuelo 103 de la Pan Am en el que murieron 270 personas en Lockerbie, Escocia, en diciembre de 1988, es otro caso de distracción. Ninguna evidencia apuntaba a Libia. Es el chivo expiatorio conveniente para desviar la atención de lo que sucedió realmente y socavar el régimen de Gaddafi. La evidencia de estudios independientes y pruebas documentales señala claramente a otras conexiones de Oriente Medio, la CIA y otras agencia de inteligencia. La zona de Lockerbie en que hubo el accidente estaba
Pik Botha

cubierto de agentes americanos, tal como indicaron la gente del lugar y los periodistas. El médico forense de la policía David Fieldhouse dijo que extendió certificados de muerte tras examinar 59 cuerpos, pero posteriormente encontró que los registros policiales contenían detalles de tan solo 58 cuerpos. Qué pasó con el cuerpo que faltaba, nadie parece saberlo. ¿Podría haber sido el cuerpo que hubiera alumbrado lo que ocurrió y quién lo hizo? Y, si las autoridades ignoraban lo que iba a ocurrir, ¿por qué los VIP fueron avisados de no tomar ese vuelo, teniendo sus asientos reservados? Entre ellos se hallabaPik Botha, el ministro Sudafricano, y otros de sus acompañantes que incluían al director de BOSS, la agencia de inteligencia sudafricana (que mantiene nexos cercanos con la CIA y el Mossad). Cancelaron sus reservas en el vuelo 103 poco después de su salida tras recibir información de sus fuentes de inteligencia. Pik Botha, dijo al hombre de negocios británico Tiny Rowlands que esas fuentes eran del tipo "de las que no pueden ignorarse".

Libia ha venido siendo utilizada como distracción durante años. El coronel Gaddafi era presentado como el monstruo de todos los monstruos hasta que resultó más útil atribuirle ese título a un viejo amigo de George Bush, Saddam Hussein. El bombardeo de Trípoli por aviones estadounidenses despegando de bases británicas en 1986 formada parte de esto. Docenas de civiles libios, incluyendo niños, fueron

Yvonne Fletcher

asesinados por los americanos (con ayuda británica) en represalia por el "terrorismo libio" en una discoteca de Berlín occidental, en el que de nuevo no existían evidencias tal como posteriormente reconocieron los investigadores alemanes. El hombre que escribió el documento para Ronald Reagan que proponía la campaña para destruir el régimen de Gaddafi con mentiras y desinformación era (según él mismo admitió) el operador de la CIA Vincent Cannistraro. Trabajó durante tres años en la campaña con Oliver North y eso llevó al bombardeo de Trípoli. ¿Quien era el hombre seleccionado para dirigir la "investigación" de la CIA en el asunto Lockerbie, que decidió que dos libios eran los responsables? Pues sí, lo era, Vincent Cannistraro. Parte de la campaña de la CIA contra Libia incluía el asesinato por la CIA de la policía británica Yvonne Fletcher, en St. James Square, Londres, el 17 de abril de 1984.

Este asesinato fue atribuido al equipo del Departamento de Personas de Libia. De hecho fue abatida por un tirador de la CIA en el 8 St. James Square, cerca del Departamento, dicen algunos investigadores. Ese edificio había sido ocupado desde hacía pocos meses antes por una empresa con conocidas relaciones con la CIA.

A pesar de esta información y del hecho de que no existían puntos de evidencia que involucrasen a Libia en el bombardeo de Lockerbie, las Naciones Unidas (la Elite Global) continúa imponiendo sanciones a este país. Y el primer ministro británico ha rehusado permitir que el juicio para los dos libios se celebre en un país neutral. O bien el gobierno británico, a sus más altos niveles, está increíblemente sordo, o saben más sobre Lockerbie de lo que están dispuestos a revelar a la gente que los eligió. Estados Unidos y la Elite utilizan la técnica de crear constantemente un monstruo para desviar la atención del hecho de que están instalando y pulsando las cuerdas de regimenes mucho más extremos por todo el mundo.

No hubo charla sobre monstruos ni terrorismo en 1988 cuando el USS Vincennes disparó un misil "por accidente" para abatir un avión de pasajeros iraní, con 290 personas a bordo. El USS Vincennes estaba en el Golfo Pérsico para apoyar a Saddam Hussein, por aquel entonces amigo de los americanos y aliado en la guerra de Irak contra Irán. El comandante del navío fue "severamente castigado": George Bush le recompensó con la condecoración de la Legión del Mérito por "conducta excepcionalmente meritoria en la realización de servicios destacados" y por la "calma y atmósfera profesional" bajo su comandancia durante el período en que el jet fue destruido.

La estrategia de la pasarela es otra de las distracciones. La Elite sabe el objetivo que quiere conseguir, y la pasarela que se necesita para manipular la opinión pública hacia esa finalidad. Pero si van a persuadir a la gente para que acepte esa pasarela, cada eslabón debe ser presentado aisladamente. Si el público en general llega a darse cuenta de que se trata de eslabones de una cadena que conducen hacia una tiranía centralizada global, obviamente se acaba el juego.

Si se quiere tener a los seres humanos identificados con códigos de barras que los enlacen a un ordenador central, primero debe conseguirse que acepten las tarjetas de identificación. Se puede ser incluso más sutil anunciando en un principio que las tarjetas de identidad no serán obligatorias, tal como hizo Michael Howard en la conferencia del partido conservador de 1994. Los gritos de desaliento de una audiencia que quieren que sea obligatorio hacen que parezca que, en comparación, es positivamente moderado, y la oposición inicial por parte de los grupos de libertades civiles queda diluida porque el gobierno dice: "Pero no son obligatorias", y luego se acaba con el código de barras. Pero el enfoque de despistar haciéndolo paso a paso exige que se realice en distintas etapas, para que la gente en general no llegue a darse cuenta de lo que está pasando. Estas tácticas son utilizadas en todos los niveles de la sociedad.

Si se quiere urbanizar una zona de tierra aislada y virgen, y se anuncian planes para construir una urbanización o un complejo industrial, se atraerá una enorme oposición. En vez de eso, el primer paso es proponer una carretera para permitir a la gente un mayor "acceso" a la zona. Una vez que se ha construido, empiezan a aparecer unos pocos edificios, y luego más y más, hasta que, por etapas, se ha construido lo que era la intención al principio. Ésta es una única razón por la que la información en este libro y en otros parecidos es tan importante. Una vez que se conocen las objetivos finales, los pasos preliminares hacia ellos resultan fáciles de reconocer.



Más info en Armas silenciosas- El sofisticado ejercicio del control.





Lockerbie. The Conspirancy Files





Besos y Agur

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