14.12.09

Berlusconi y el Duomo



No sere yo el que diga que me alegro. Tampoco seré yo el que diga lo contrario.

Il Cavaliere Silvio Berlusconi es un personaje que no deja indiferente a nadie. Para lo bueno o para lo malo, lo cierto es que lo de este personaje sera recordado a lo largo de los siglos.
Pero no se si como un Augusto o como un Nerón o como todo lo contrario.

Pero soy sincero al afirmar que siento una profunda antipatia y un desprecio chirriante ante este personaje, empresario, mafioso, y por supuesto Presidente de la República de Italia, titulo que soporta con alevosía y premeditación a pesar de los múltiples casos abiertos en su contra por la justicia y los continuos escándalos varios en los que se ve y ha visto envuelto en los últimos años.

Afirmar que Berlusconi se merecía que Massimo Tartaglia le rompiera la cara con una reproducción del Duomo seria una frase con mucho sentido. Lo digo por el Duomo.
La catedral de Milán, símbolo de la bella ciudad de la moda y las pasarelas, maravilla arquitectónica del gótico y un ejemplo de ostentación y poder, ha sido el arma utilizada por Tartaglia para acometer tan atroz ataque a la faz de nuestro Silvio.




Como no. No podía ser El Coliseo, o El Panteón, o ni tan siquiera la mismísima torre de Pisa.
Eligió el Duomo como señal. Una señal inequívoca de lucidez por parte de Massimo, que ahora tildan de perturbado y demente. Que chasco. Yo que pensé que era el hombre mas lucido, el único que queda en Europa, el hombre capaz de enfocar su ira y su furia y atizarle un manporro al facineroso, al manipulador, al racista, al machista, al déspota, al dictador de guante blanco, al difamador, al garante de las libertades capitalistas, al putero mas conocido del hemisferio norte, y al muchas cosas mas.

Solo me queda una cosa Don Silvio, padrino de padrinos.
Desearle una pronta recuperación y una buena fiesta, de esas que tu bien conoces, en uno de tus palacios esparcidos por la geografía Itálica, con chicas de la tele y cocaína colombiana, para que pronto estes de nuevo al frente de la organización criminal mediático empresarial legislativa de la que nunca debiste descender.

Ahora buscan culpables. Una conspiración armada por la extrema Izquierda, seguro.
La conjura de los necios, se puede añadir.
La fiscalia se ha apresurado a interrogar a familiares y amigos pero no han encontrado ninguna sospecha. Los grupos que se han formado en Facebook van a ser perseguidos y neutralizados, como ya ha comentado el fiscal del estado.

Tartaglia ya se a arrepentido y ha mandado una carta de disculpas. Pero nada ni nadie le va a sacar del marrón que se ha metido. Aunque pensandolo bien. Seguro que nuestro heroe, Don Silvio le visita en la carcel y le da su perdón. Al estilo Karol Votcila con Ali Agca.
Que santo varón.
Al tiempo.





Y si, ánimos a un valiente furioso llamado Massimo Tartaglia, un hombre que sera recordado y admirado por muchos.
Un hombre cabreado.
El duomo fue una buena elección. Lo gótico no quita lo cortes.

Besos y Agur

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